En nuestro artículo «Alternativa 3», contamos una bizarra historia sobre una supuesta operación secreta conjunta entre USA y Rusia para viajar a Marte en 1962. En esta ocasión, traemos una historia aún más bizarra: otro supuesto viaje a Marte, pero en 1956, ¡Y con escolta marciana!
Esta historia fue relatada nada menos que por uno de los protagonistas, Narciso Genovese, en su libro «Yo Estuve en Marte» (1958). Nosotros la resumiremos aquí, aportando además, un par de datos que no aparecen en dicha obra.
Según Genovese, los Marcianos (seres de aspecto humano nórdico, altos y de cráneos alargados hacia arriba) venían visitando la Tierra esporádicamente, por lo menos, desde hace unos 5.000 años. E, incluso, una pareja marciana habría sido exiliada a la Tierra en aquella lejana época, y Genovese se pregunta si no sería ese el origen del mito de Adán y Eva expulsados del Paraíso.
Pero, en lo que respecta a la época moderna —y siempre según Genovese—, ellos habrían visitado la Tierra por primera vez en Agosto de 1917. Entonces vienen en 4 Naves, de las cuales, sólo dos logran regresar, pero con la suficiente experiencia para posteriores viajes.
Nos preguntamos si esta Expedición de la que habla Genovese tendría algo que ver con los experimentos realizados por los genios científicos Nikola Tesla y Guglielmo Marconi en 1899.
En ese año, Tesla se convierte en el primero en utilizar antenas transmisoras y receptoras, captando fenómenos eléctricos que describe como impulsos en una secuencia regular. «Cada vez estoy más convencido de que soy el primero que ha oído el saludo de un planeta a otro», dice.
El mismo año, el italiano Marconi demuestra las posibilidades de la radio emitiendo como mensaje la letra V, que es recibida por sus socios a 80 Kms de distancia.
En 1921, Marconi declara haber recibido unas señales de radio no identificadas, que incluyeron la letra V, que él había enviado hacía 22 años. El New York Times del 2 de Septiembre informa que Marconi cree que algunas de las señales provenían de Marte, pero no se volvió a tocar el tema.
Luego, en 1923, el Fascismo se instala en Italia de la mano de Mussolini, y Marconi comienza a verse presionado para desarrollar aplicaciones bélicas a sus descubrimientos.
Es a partir de 1932 que Marconi inicia su fase de más intensa investigación científica, concentrada en el estudio de la Energía Solar, cuyas aplicaciones militares hubiesen hecho palidecer la importancia de las Armas Atómicas. También se rumoreó acerca de un Rayo de la Muerte que afectaría ciertos órganos del cuerpo, y de otras novedosas aplicaciones.
El Papa Pío XI, profundo admirador y protector de Marconi, le insta a éste sobre la necesidad de reserva. De este modo, la gran mayoría de sus estudios permanecen en secreto dentro de un reducido círculo de 98 colaboradores, procedentes de 6 países europeos; entre ellos, el Sacerdote Jesuita Gianfranceschi, de la Academia de Ciencias del Vaticano.
Según Genovese, en 1936, Marconi envía poderosas ondas eléctricas a Marte y Venus, para captar la atención de sus hipotéticos habitantes, recabando la impresión de haber sido oído.
En Mayo de ese mismo año, los Marcianos habrían enviado su Segunda Expedición a la Tierra, que fue coronada con un éxito total.
EL COLEGIO MARCONI
Mientras tanto, el círculo interno de discípulos de Marconi, iniciaba la empresa de constituir un Colegio Científico para continuar las labores del Maestro, procurando alejar sus frutos del alcance de los belicistas. Genovese no dice el nombre de este Colegio. Lo llamaremos el Colegio o Instituto Marconi.
El 20 de Julio de 1937, las presiones de Mussolini precipitan la «desaparición» de Marconi, ya que Genovese insinúa que no murió en esa fecha, sino que se ocultó con su Colegio. En todo caso, sus últimas palabras, lanzadas a la cara del Duce, son elocuentes: «No he trabajado 30 años para convertirme en verdugo del género humano».
Con o sin el Maestro, el Colegio Marconi ha trazado planes para refugiarse en una Base Secreta en medio de una selva sudamericana, donde se formará una Comunidad dedicada únicamente a la investigación científica, libres de todo compromiso con Gobiernos o potencias, y con la juramentada decisión de encaminar sus descubrimientos exclusivamente al bien.
Gracias al aporte económico del fundador de la República Italiana (¿Alcide de Gaspieri?), Reyes y ex Reyes, un ex Presidente Latinoamericano, 3 magnates de la Industria Americana, 4 ingleses, 2 magnates árabes del petróleo y varios millonarios sudamericanos, surgirá rápidamente, oculta en medio de la selva, una ciudad científica con instalaciones casi todas subterráneas.
También se crearán estudios en una región andina ubicada a 4.000 mts sobre el Nivel del Mar (¿El Altiplano?).
Genovese no nos revela las fechas de comienzo y término de construcción de estas instalaciones, pero nos dice que para 1946, ya estaban listas. Ese mismo año, el Colegio Marconi logra construir un aparato volador colector de Energía Solar, de forma esférica. Luego, su investigación los llevaría a construir Naves Discoidales y Fusiformes, formas que se resultan preferibles para su dirección, movimiento y resistencia.
En 1952, el Colegio Marconi realiza con éxito excursiones sobre todos los mares y continentes de la Tierra, con sus Naves Discoidales y Fusiformes impulsadas por Energía Solar.
Al ver Naves similares, evidentemente de otros mundos, sobrevolando su Base en Sudamérica, el Colegio resuelve llamar su atención con poderosas señales luminosas y sonoras de onda corta. Aunque no reciben respuesta al principio, notan que las visitas se repiten después de las señales.
LA PRIMERA VISITA DE LOS MARCIANOS
La respuesta llega el 16 de Diciembre de 1955, a las 17 Hrs, cuando una formación de 5 Naves Esféricas (de unos 6.50 mts y erizadas de puntas), se aparece sobre el Campo de Pruebas del Instituto. Casi inmediatamente, la primera de la formación aterriza mientras las otras 4 vuelven a elevarse, manteniéndose a cierta distancia e idéntica altura.
De la Nave Líder descienden 5 seres de aspecto humano, y unos 1.85 mts de altura, cubiertos con algo semejante a un overall de hule de una sola pieza, de pies a cabeza. Tenían una piel blanco-rosada, pelo corto rubio claro, ojos celeste claro, rostro lampiño, pies y manos pequeños y finos, frentes altas y cráneos alargados hacia arriba.
Los miembros del Instituto los invitan a pasar a uno de sus estudios, en donde sostienen una comunicación, en base a señas, mapas y globos, además de un aparato alienígena lector de Ondas Cerebrales. Tage, el Líder de los Alienígenas, explica que vienen del Planeta Marte, al que ellos llaman Loga.
Posteriormente, los Loganos o Marcianos, invitan a los científicos terrestres a inspeccionar su Nave, que resulta semejante a las del Instituto, salvo por una mayor sencillez en los controles, y otras ventajas.
Acto seguido, los científicos terrestres llevan a los Loganos a su estudio taller para que examinen su última Nave, y estos realizan algunas indicaciones de mejoras.
Finalmente, acuerdan un próximo encuentro y los Científicos del Instituto acompañan a los Loganos a su Nave, que pronto se ilumina y se eleva. Inmediatamente, se unen en formación las otras 4 Naves y se alejan velozmente.
LA SEGUNDA VISITA
El 16 de Enero de 1956 —«exactamente un mes después», dice Genovese—, el Instituto Marconi recibe la segunda visita de los Loganos. Esta vez se presentan con 6 Naves: 5 de ellas iguales a las primeras, y la última de forma discoidal, unos 60 mts de diámetro y unos 18 de altura.
Descienden 3 hombres de cada una de las 5 Naves Esféricas. En seguida se abren dos compuertas de la Nave Discoidal, de la que descienden 28 hombres. Tage, acompañado de otros dos, se adelantan y brindan una amable reverencia, que es imitada por los terrestres. A continuación, éstos ofrecen un efusivo apretón de manos, que es cordialmente correspondido.
Tage guía a los terrestres a la Nave Discoidal, indicándoles un abundante equipo destinado a su Campamento, el cual es desembarcado. Luego les invita a inspeccionar el interior de la Nave, y les hace la presentación de los 28 Loganos de la Nave Discoidal que se quedarían en el Campamento.
Posteriormente, extrae de un rollo de oro finísimo, una hoja de 30x30 cms de brillante metal blanco, grabada en relieve con letras de oro, y hace entrega de este documento a Ettore Martinelli, el Director del Instituto.
La inscripción está encabezada por un escudo representando el Sistema Solar, y la firma la constituye un sello grabado en relieve, representando un globo de Marte: un signo exclusivo del Líder Supremo de Loga.
Tras este acto, el personal logano en tierra, se despide de Tage y sus acompañantes con un saludo con el brazo hacia lo alto, hacia la frente y al costado, lo que parece una indicación de su procedencia, y un juramento de fidelidad y obediencia incondicional.
El mismo saludo dirige Tage hacia los Científicos del Instituto, secundado por todos los Loganos; y los terrestres, instintivamente, lo corresponden. Entonces, él y los 15 Loganos de las Naves Esféricas, abordan sus Naves, y los aparatos se elevan uno por uno, desapareciendo a gran altura hacia el Oeste.
Los 28 Loganos restantes, se dirigen a su Disco para pasar a bordo las primeras noches, y parte del día, para su ambientación y adaptación.
El 20 de Enero, los Loganos ocupan definitivamente el edifico a ellos destinado y, para el día 30, la Comisión de Lenguaje del Colegio Marconi, presidida por Genovese, ya posee una idea clara del idioma Logano y sus principales acepciones.
En Marzo, el Instituto Marconi logra la traducción exacta del documento entregado por Tage:
«Loga: Hermano Universal del Espacio Inmenso rinde homenaje y amistad a Dogue (Tierra), en el deseo vehemente de unir a los seres todos, que viven en un solo Espíritu, en el Espíritu Infinito, para Gloria y Paz Eternas».
LA EXPEDICIÓN COLÓN
En los meses siguientes, los Científicos del Instituto, con la ayuda de los visitantes Loganos, construyen 3 Naves para un viaje a Marte. Se establecen planes para la «Expedición Colón», que partiría de la Tierra el 12 de Octubre, para llegar a Loga el 28 del mismo mes.
En Julio, en un solemne rito religioso a cargo de dos Sacerdotes del Instituto, las Naves son bautizadas como Loga, Dogue y Cuni (Marte, Tierra y Alianza). El interior de las Naves es adornado con efigies de oro de Jesucristo. Se inician tres meses de intensos vuelos de prueba con estas Naves por todo el mundo.
En Agosto, además, se inician excursiones conjuntas con otras 6 Naves de las antiguas, volando juntas en configuración de Estrella de 9 Puntas. Según Genovese, una de estas excursiones es realizada sobre la ciudad de Washington.
El 9 de Octubre, tres días antes del inicio de la Expedición Colón, 7 Naves Loganas descienden al Campamento Marconi: 6 de ellas son destinadas a la escolta de las 3 Naves del Instituto que partirán a Loga.
FASE 1: MINU (LA LUNA)
Finalmente, el 12 de Octubre, los 9 Expedicionarios (un médico, un sacerdote astrónomo de apellido Zanella, 4 técnicos, dos sociólogos metafísicos y Narciso Genovese como intérprete), suben a bordo de las Naves del Instituto. Cada una de estas Naves es abordada por 3 terrestres y 3 Loganos. En un gesto simbólico, Tage aborda la Nave bautizada como Dogue (Tierra).
A las 12 Hrs, las 3 Naves del Instituto, escoltadas por las 6 Naves Loganas (volando en configuración de Estrella de 9 Puntas), se elevan a 10.000 mts de altura, para dirigirse sobre el Polo Norte a 100 Kms/seg, llegando a destino a las 12:55 Hrs.
Allí inician un ascenso elipsoidal hasta la Luna a una velocidad que va incrementándose hasta alcanzar una media de 1.080 Kms/seg, llegando a destino hacia las 19 Hrs.
De la Luna —llamada Minu por los Loganos— salen Naves Loganas en configuración de semicírculo para aumentar la escolta hasta una Base con atmósfera de aire acondicionado, ubicada en un cráter de unos 180 Kms de diámetro de borde y 5.000 mts de profundidad, en el Lado Oscuro de la Luna.
De la Base, salen 20 Loganos a atender a los Expedicionarios, que son invitados a cenar, luego a iniciar un recorrido a pie alrededor del cráter y, finalmente, a abordar un gran Disco que los lleva a un breve paseo de 16 mins por los alrededores. Los Expedicionarios quedan asombrados por la vista de la Tierra, que se ve unas 50 veces más grande de lo que se ve la Luna desde la Tierra.
A las 22 Hrs, las 9 Naves que venían de la Tierra, parten de la Luna, acompañadas por otras 10 Naves Loganas, con destino a Marte. Viajan en configuración de círculo, con una Nave al centro y 18 en la circunferencia, a una velocidad de 500 Kms/seg, y aumentando.
FASE 2: LOGA (MARTE)
Finalmente, a las 18:30 Hrs del día siguiente (13 de Octubre), la Expedición Colón llega a Loga, y más de mil Naves Loganas despegan para sumarse a la escolta. A las 18:45 Hrs, la Expedición aterriza en el Campo de Aterrizaje (de unos 5 Kms de superficie) de Tanio, Capital de Loga. Allí son las 7 Hrs (en Marte el día también dura 24 Hrs).
Unos 100.000 Loganos, distribuidos ordenadamente, aguardan formando un gigantesco semicírculo en la superficie. En el centro se encuentra un grupo de elite, rodeado por una guardia de honor.
Tage desciende primero de su Nave, realiza ante sus autoridades el Saludo de Honor, seguido de toda la tripulación logana, e invita a los terrestres a descender de sus Naves, para encontrarse con el Triunvirato Nose (Líderes Supremos) de Logan: Logare (Nose Político), Sunina (Nose Religioso) y Sarinu (Nose Cultural).
Nueve hermosas doncellas, espléndidamente ataviadas, salen al encuentro de los Expedicionarios Terrestres, para brindarles perfumes y flores, y encaminarlos a la Casa de Gobierno, donde son introducidos en una hermosa habitación previamente acondicionada.
Al día siguiente (14 de Octubre), los Expedicionarios son invitados a visitar la casa de Tage.
La estadía de los Expedicionarios en Marte se prolonga por 134 Hrs (unos 5 a 6 días). Lavoisier, el más joven de los Expedicionarios (de origen francés), se enamora profundamente de Dile, la encantadora hija de Tage. Éste se percata de ello, y manifiesta su beneplácito, hablando incluso de un enlace matrimonial, que fundiría la sangre de ambos planetas.
Los Loganos, a su vez, quedan vivamente impresionados por el relato del Sacerdote Zanella sobre la Misión de Jesucristo, y la doctrina y organización de la Iglesia. Proyectan una visita al Papa para 1960, para presentarle un volumen especialmente redactado, sobre la doctrina, moral y principios religiosos de Loga.
REGRESO A LA TIERRA
El 19 de Octubre, a las 9 Hrs de Tanio (21 Hrs en la Base del Instituto Marconi), la Expedición Colón parte de Loga, escoltada por 6 Naves Loganas, capitaneadas por Tage. Cada Nave Logana lleva 6 tripulantes, más otros 3 para cada una de las Naves terrestres. Son 45 Loganos en total: los mismos del viaje anterior, más 5 nuevos, incluyendo dos especialistas en asuntos religiosos.
Debido a que viajarían en dirección al Sol, el viaje de regreso en estas Naves propulsadas por Energía Solar, resulta mucho más rápido. Pronto alcanzan los 2.500 Kms/seg, llegando a la Luna a las 3:40 Hrs (Hora en la Base Marconi), para ser sometidas a un necesario ajuste de moderación de velocidad.
A las 4:50 Hrs parten de la Luna con destino a la Tierra, a una velocidad de 1.000 Kms/seg, y disminuyendo progresivamente, hasta introducirse en la atmósfera terrestre a 130 Kms/seg, a las 10:50 Hrs, momento en que se encienden las turbinas para volar dentro de la atmósfera.
A las 11 Hrs exactas, los Expedicionarios perciben el resplandor del manto polar. A las 11:50 Hrs, llegan a la Base del Instituto y, finalmente, a las 11:57 Hrs, las turbinas se paralizan en tierra.
Entonces, Tage desembarca de sus Naves 25 quintales de oro purísimo en láminas, y en nombre del Triunvirato Nose, hace entrega del tesoro a Martinelli, para ayudar a la financiación de los trabajos del Instituto Marconi. Sería la primera de varias generosas ayudas de este tipo.
El 2 de Noviembre, los Loganos parten de la Tierra, permaneciendo 14 de ellos (incluyendo Tage) en la Base Marconi hasta 1960, para proseguir los trabajos de comunicación interplanetaria y preparar un viaje a Venus.
Acepciones loganas que aparecen en el libro de Genovese. |
JUAN XXIII, VISITADO POR UN ALIENÍGENA
Nos llama la atención la alusión de los planes loganos de visitar al Papa en 1960, pues el libro de Genovese fue publicado en 1958 y, ciertamente, el Papa Juan XXIII tuvo un Encuentro Cercano con Extraterrestres... O al menos, eso afirmó uno de sus asistentes personales.
Veamos su testimonio, publicado en Julio de 1985 por el periódico SUN, de Los Angeles (California):
«El Papa y yo estábamos andando a través del jardín una noche de Julio de 1961. cuando observamos sobre nuestras cabezas una naves. Era de forma oval y tenía luces intermitentes azules y ámbar. La nave pareció sobrevolar nuestras cabezas por unos minutos, luego aterrizó sobre el césped en el lado Sur del jardín. Un extraño ser salió de la nave; parecía un humano a excepción de que estaba rodeado de una luz dorada y tenía orejas alargadas. Su Santidad y yo nos arrodillamos. No sabíamos lo que estábamos viendo, pero supimos que no era de este mundo, por lo tanto debía ser un acontecimiento celestial. Rezamos y cuando levantamos nuestras cabezas, el ser estaba todavía allí. Eso fue la prueba de que no habíamos tenido una visión.Una inquietante coincidencia, aunque ni el año ni las características del Extraterrestres (la luz dorada y las orejas largas), concuerdan con los Loganos y su proyectada visita en 1960... ¿Acaso Juan XXIII recibió más de una visita ET? ¿Recibió en 1960 la visita de los Loganos, y luego en 1961 la de este Extraterrestre de orejas alargadas?
»El Santo Padre se levantó y caminó hacia el ser. Los dos estuvieron de 15 a 20 minutos, parecían hablar intensamente. Ellos no me llamaron, así que permanecí donde estaba y no pude oir nada de lo que hablaron. El ser dio la vuelta y caminó hacia su nave. Enseguida se marchó. Su Santidad se dio la vuelta hacia mí y me dijo: "Los hijos de DIOS están en todas partes; algunas veces tenemos dificultad en reconocer a nuestros propios hermanos".
»Después que el ser extraterrestre retornó a su nave y despegó, el Papa y yo continuamos nuestro paseo como si nada hubiera pasado. El nunca dijo nada de platillos volantes, pero estoy seguro que ambos teníamos a los visitantes extraterrenos en nuestras mentes».
Sería tentador atribuir a estas visitas, el Concilio Vaticano II, iniciado en 1962 —y que se convirtiera en uno de los grandes hitos del Siglo 20, puesto que se trataba de una actualización y puesta al día de la Iglesia Católica en múltiples puntos—, de no ser porque dicho Concilio fue anunciado en 1959, antes de las referidas visitas alienígenas. Pero, tal vez, las visitas influyeron en algo a las reformas eclesiásticas, después de todo...
DUDAS
¿Es cierta la fantástica historia narrada por Narciso Genovese? Las dudas crecen cuando no parecen haber evidencias que la corroboren. También cuando nos enteramos que, en la primera edición de su libro, Genovese presenta su relato como ficticio, y sólo a partir de la Segunda Edición, declara su veracidad.
En el Prólogo de su Segunda Edición, escribe:
«Hasta ahora me he limitado a señalar que este relato es la cristalización de una fantasía novelesca, de ciencia-ficción, pero hoy puedo afirmar que en esta narración no se relata nada ficticio, y rectifico mis declaraciones en el sentido de que lo aquí relatado no es más que una condensación, un resumen, una pálida imagen de un acontecimiento histórico, cuya realidad proyecta consecuencias desconcertantes».¿Son las naturales dubitaciones de alguien que ha vivido una experiencia increíble, y que no sabe si exponerse o no al ridículo de contar toda la verdad? ¿O es que el relato era ficticio desde el principio, y luego Genovese lo quiso hacer pasar como real?
Las dudas crecen con la desconcertante contradicción que comete Genovese al ubicar la Base Secreta del Colegio Marconi en Sudamérica. Al principio del libro leemos:
«Un grupo de personas, profundamente adentradas en los secretos de las ciencias físicas, reunidas en un lugar secreto de una selva sudamericana, forman una comunidad, dedicada únicamente a la investigación científica. [...] Surgió rápidamente una verdadera ciudad científica, oculta en el corazón de la selva y con sus instalaciones casi todas subterráneas».Pero más adelante en el libro, nos encontramos con este pasaje:
«Estando ubicados nuestros estudios en una región andina a cuatro mil metros sobre el nivel del mar y, a una temperatura media de dos grados centígrados, se comprenderá la fácil adaptación de los marcianos».¿Los estudios estaban en el corazón de la selva sudamericana, o en los Andes, a 4.000 mts s.e.n.m.? En nuestro resumen de la historia, lo hemos puesto como si se tratara de dos Bases o instalaciones diferentes... Pero Genovese no hace esa distinción.
Peor lo tenemos en la parte en que Genovese describe la geografía marciana, contradiciéndose totalmente con nuestros conocimientos científicos actuales: habla de océanos, mares, lagos, ríos y profusa vegetación. Y agrega:
«Sus montañas más elevadas no pasan de los dos mil metros y son muy contadas. [...]. Volcanes tiene sólo uno, inactivo desde tiempo inmemorial».Hoy sabemos que en Marte, no sólo hay más de un volcán, sino que algunos de los volcanes más grandes del Sistema Solar se encuentran ahí. Como el Olympus, de más de 25 Kms de altura: indiscutiblemente, el más grande del Sistema Solar.
Luego tenemos la curiosa afirmación de Genovese —en plena Guerra Fría, no lo olvidemos—, de que los Marcianos o Loganos consideraban maligno el Modelo implantado en Rusia; pero, en cambio, aprobaban el Modelo Norteamericano. Esto huele a «Propaganda Yankee», y bien podemos preguntarnos si no habrá sido Genovese víctima de alguno de los Programas de Control Mental de la época: de la CIA, u otra Agencia de USA...
Por último, él afirmó en repetidas ocasiones en su libro que la Expedición Colón habían obtenido fotografías y filmaciones que demostrarían la veracidad de toda la historia, y prometió que pronto, éstas se darían a conocer. ¿Por qué, entonces, no fueron dadas a conocer estas pruebas, si es que existían?
Así pues, se comprende que el escepticismo y la suspicacia haya primado en lo que respecta al relato de Genovese, y que éste haya caído en el olvido. Y, llegados hasta aquí, la conclusión pareciera ser que todo este relato salió, simplemente, de la imaginación de Genovese (o que éste fue víctima de alguno de esos Programas de Control Mental de la época), y que no valdría la pena seguir investigando el tema.
Pero... Ha surgido un nuevo elemento en la ecuación, que nos obliga a replantear y re-pensar todo.
«YO CONOCÍ A NARCISO GENOVESE»
Recientemente, nuestra amiga Débora Goldstern, de Argentina (Editora del Blog «Crónica Subterránea»), tuvo la oportunidad de entrevistar a Alan Córdova Rochdain, quien dice haber conocido a Narciso Genovese a mediados de la década de 1970.
Pensábamos resumir la información de entrevista, pero ésta resulta tan interesante, que finalmente decidimos transcribirla casi toda (con muy leves mejoras nuestras en la redacción de las respuestas):
¿En qué circunstancias conociste al Profesor Narciso Genovese
Bueno, fue a mediados de los años 70s, cuando empezaba a estudiar la escuela secundaria, en el centro cultural de Aguascalientes de Tijuana (Baja California): secundaria federal Lázaro Cárdenas, llamada así en honor a un ex presidente de México.
Me empecé a enterar de la existencia del profesor Genovese por los compañeros de 2do y 3er grado, ya que ellos tenían tiempo de estar en la escuela, y pues era mi primer año. En aquellos tiempos por lo menos en el círculo de amigos en el que yo estaba, y en la televisión o periódicos, no era nada común escuchar o leer sobre extraterrestres, platillos voladores, como se ve y se escucha hoy en día, más nos importaba la música y tratar de pasar las materias en la escuela, para no caer en problemas con papá y mamá.
Honestamente la primera vez que escuché sobre las cosas del profesor Genovese me dió mucha risa, y hasta tal vez llegue a decir: «¡pinche viejo loco!». Ya en el segundo año de secundaria, en los primeros días de clases, nos presenta el director de la escuela al profesor Genovese como nuestro maestro de Ciencias y Taller de Lectura y Redacción, y fue así que lo comencé a conocer un poquito más de cerca.
Para ese entonces Genovese era reconocido mundialmente por su libro «Yo he estado en Marte», publicado en 1958, donde relataba una supuesta visita de científicos terrestres al planeta rojo.
Honestamente no sé si el profesor era mundialmente famoso, nunca leí el mentado libro que escribió. En la escuela se decía que había varios libros en la biblioteca y que podíamos leerlos si queríamos, pero en ese entonces era mas satisfactorio y mas placentero ir a la biblioteca a tratar de platicar con la bibliotecaria, que estaba muy, pero muy guapa. (Risas)
Supongo que las creencias de Genovese sobre su supuesta aventura marciana, eran la comidilla del colegio.
Así es, debido a que el profesor Genovese aseguraba que él había viajado al planeta Marte, en naves fabricadas por terrestres y perfeccionadas por Marcianos, todos, todos le llamábamos «El Marciano». Me refiero a los alumnos, ya que los maestros, incluido el director, le tenían mucho respeto. Era el maestro mas respetado entre los maestros.
¿Es cierto que Genovese se consideraba discípulo del famoso físico italiano, Guillermo Marconi?
Claro que sí, cuando hablaba de él, lo hacia con mucho respeto y solía referirse a él como MI MAESTRO... Algunas veces le cuestionábamos al profesor Genovese en la clase de ciencias que quién fue mejor, Tesla o Marconi, y creedme que se molestaba bastante.
Además cuando no tenia muchas ganas de darnos la clase normal, nos platicaba que el había sido parte de grupo numeroso de científicos que se habían juntado en Europa y luego se habían instalado en alguna parte de Sudamérica, para realizar estudios de alta envergadura sobre las ondas de radio. Nunca reveló el sitio exacto, sólo decía que todavía había gente trabajando allí, y que en ese lugar estaban bajo tierra camufladas las entradas a las instalaciones por la selva. Decía que algunos lugareños les servían como asistentes, en los trabajos de limpieza y comida. Nos contaba que después de la desaparición de Marconi (porque dejaba entre palabras que no había muerto), ellos se encargaron de darle seguimiento a muchos otros proyectos que Marconi les había heredado.
Una central subterránea con científicos seguidores de Marconi, realizando proyectos secretos en la selva amazónica. ¿Qué otras cosas decía sobre aquel experimento?
Bueno, el profesor hablaba que habían desarrollado naves sin alas, en forma esférica y que la energía que las movía era la energía solar. Nos contó que ellos hicieron una cartografía del planeta tan precisa, como nunca se había hecho antes, y todo gracias a estas naves creadas por los científicos que trabajaban en Sudamérica, ya que se podían desplazar a gran velocidad y estar en lugares diferentes en un corto tiempo. Además, de haber enviado señales de radio al espacio, con mensajes de paz, amor y hermandad.
También, hablaba que desarrollaron un arma capaz de desaparecer una pequeña montaña, que era un rayo de energía. Decía que ellos la perfeccionaron, ya que su maestro Marconi empezó con ese experimento. Dijo que nunca la usarían en contra del ser humano, que sólo era para la defensa de un posible ataque de algún planeta maligno a la Tierra. También comentaba que habían alcanzado un alto nivel en el uso de las señales de televisión, pero que el mundo no estaba preparado para usarlas, ya que se requería del uso de potentes emisoras, que necesariamente deberían estar fuera del planeta, orbitando alrededor.
Cuando Genovese se explayaba sobre sus experiencias en estos temas, ¿qué impresión te causaba? ¿Te parecía sincero, o pensabas: «se le zafó un tornillo»
El profesor tenia una forma muy particular de conversar: me daba la impresión de que decía la verdad (o por lo menos que estaba muy convencido de lo que decía era verdad pura). Pero algo en mi mente me decía que no podía ser posible, pues mi cerebro estaba formateado con toda esa información de los libros de texto, en donde se decía que en Marte no había vida, y que era un planeta sin atmósfera, etc., etc... En un principio cuando empecé a escuchar a los muchachos de segundo y tercer año de las cosas del profesor, me daba mucha risa, y en honor a la verdad, sí pensaba que estaba un poco loco, pero un día cambié.
Este cambio supongo obedece a la increíble experiencia que me narraste. Por favor, me gustaría la reseñaras nuevamente.
Bueno... fue en un día en la tarde, a la salida de clases. En ese tiempo yo tenía una novia. Esa tarde-noche, mi novia y yo conseguimos un par de cigarros, y nos fuimos hacia la parte trasera de la escuela, en donde había algunos recovecos. Ya sabes, siempre buscábamos esos lugares para besarnos, y ese día pues íbamos a compartir unos cigarrillos...
No había pasado mucho tiempo, cuando se escucharon unas risas: de esas risas cuando te encuentras con alguien y te da gusto verlo... en fin. Desde el lugar donde estamos mi novia y yo, se podía ver parte de la cancha de basket: la luz permitía ver bien quién podía venir en un momento dado...
Las risas que escuchamos eran del profesor Genovese, lo vimos llegar a unos 10 ó 15 metros de nosotros... El profesor venía acompañado de dos tipos altos, tal vez de 1.90 mts o poquito más... Eran delgados, estaban vestidos algo raro, como un traje de hombre rana, o buzo... o como un uniforme de fútbol americano... rubios no cabía duda, más rubios que el profesor Genovese... Hablaban en un idioma que no conocíamos: inglés no era, español menos, allí estuvieron platicando y sonriendo un buen rato, parecía que estaban muy a gusto platicando... Bueno, esa impresión daban.
Uno de los tipos traía una especie de mochila, y se la entregó al profesor Genovese. Después de un rato más, se fueron los tres por donde vinieron. Luego que se fuera el profesor Genovese, mi novia y yo salimos del recoveco, nos dirigimos hacia la salida de la escuela, ya que íbamos caminando por las casas que estaban detrás de la escuela, y por la parte de atrás de un gran hospital íbamos comentando lo que habíamos visto. Cuál fue nuestra sorpresa que de repente vimos un plato volando sobre los techos de las casas, hacía un ruido muy leve, se oía más fuerte que los carros del boulevard que están cerca de la escuela.
El plato mediría unos 10 ó 15 mts de diámetro, color oscuro, sin marcas. Volaba como los Zeppelines de la Good Year, lo vimos un ratito, hasta que se perdió en medio de la oscuridad de la noche. Después del avistamiento no pude dormir mucho, bueno, a lo que estaba acostumbrado. A la mañana siguiente me desperté pensando mucho en lo que pasó. Esto lo comenté algunas veces con mi novia, y me dijo que no se lo contara a nadie, que nadie nos iba a creer, y que si yo me atrevía a decir algo, ella lo iba a negar... Así que no lo comenté... jejjej
Después de algunos días de darle vueltas al asunto me acerqué al profesor Genovese, y lo cuestioné sobre la vida en otros planetas. Se me quedó viendo y se sonrió, diciéndome que estaba muy chico para entender algunas cosas, que mejor siguiera fumando atrás de la escuela con mi novia. No supe que decir, me quedé mudo, helado. Desde ese día jamás me volví a burlar del profesor Genovese.
Háblame sobre las anécdotas que sobre el profesor, circulan en Tijuana.
Bueno, Tijuana ha cambiado mucho, tal vez el recuerdo de este profesor sólo quede en la memoria de algunos de los viejos tijuanenses (hoy en día somos 3 millones de habitantes en Tijuana, y tal vez algunos 500.000 habitantes somos tijuanenses), pero lo que yo recuerdo es que el profesor invitaba a los medios de comunicación de aquel entonces, a una región a las afueras de la ciudad, donde decía que se comunicaría con seres de Marte, pero al parecer no pasaba nada o no se publicaba nada...
Alguna vez leí un libro de leyendas urbanas de la ciudad, en donde se hablaba de historias de fantasmas, de santos, de cosa raras, y allí leí una historia narrada por una persona que un día tuvo una experiencia extraña con el profesor Genovese... Palabras más, palabras menos esto es lo que leí:
El profesor tenia un taller de imprenta en el centro de la ciudad. Mucha gente le mandaba hacer trabajos, también muchas escuelas y estudiantes. Un buen día un señor llego al taller a encargarle un trabajo al profesor. Todo fue normal, el profesor atendió al señor y quedaron en acuerdo de entregar y recoger el trabajo en algunos días más. Llegando el día pactado, el señor fue a recoger el trabajo encargado. Cuál fue su sorpresa que no encontró nada en el taller, sólo algunas hojas de papel tiradas en el piso, algo de polvo, como si tuviera mucho tiempo de estar sólo el lugar. No había ninguna máquina, en fin: no había señales de actividad.
El señor se fue algo defraudado, y sin tener nada que hacer y ni a quién reclamarle. Después de un par de días, el señor pasa por enfrente de la imprenta, y se sorprende porque ve actividad, además de ver al profesor en el mostrador del negocio. El señor se acerca al negocio y saluda al profesor, y le cuestiona de que por qué se había ido y que cómo era posible que en tan poco tiempo se hubiese re-instalado. El profesor sólo sonrió y se quedo viendo al cielo. Tal vez en la escuela secundaria todavía quede alguien que recuerde al profesor, y tenga alguna que otra anécdota.
¿Qué fue de la hija de Genovese?
La verdad hoy no sé. Alguna vez, hace unos 5 años más o menos, hablé con ella, y quedamos en charlar sobre su papá. Cuando llegó el día en que íbamos a empezar a hablar, estábamos en su imprenta, prendimos un cigarro, pero en eso llegó su mamá y algo urgente pasó que pospusimos la plática, pero hasta el día de hoy no se dió otra oportunidad. Lástima, hubiese sido interesante...
¿No es un tanto extraño que luego de haber estado en un proyecto de esa envergadura, Genovese finalice sus días como profesor?
Así es, y en algunas ocasiones, más de uno de los muchachos de la escuela le cuestionó de frente, que si hablaba tantos idiomas, que si conocía a tanta gente importante (presidentes, científicos, ex-reyes de Europa, y otras personalidades, hasta dirigentes marcianos), qué jodidos estaba haciendo dando clases en una escuela de una ciudad pequeña (o pueblo grande), aguantando tantas burlas, ganado tan poco dinero, si estaba tan preparado. A lo que contestaba que él, después de tanto estudio, tanto trabajo, y tan maravillosas experiencias, lo que en este tiempo más le interesaba era dejar parte de su obra en la gente de nuevas generaciones, y qué mejor que en una escuela, con muchachos que empezaban la vida.
Decía que él deseaba un mundo sin fronteras, sin enfermedades, sin control social como el que se da en estos tiempos. Quería formar hombres y mujeres de libre pensamiento, y sobre todo hacer saber que Dios era el arquitecto de este vasto universo. Decía que quería ver el socialismo-comunismo erradicado de este planeta, en fin: quería ver un mundo libre de tantas ataduras... y que otros como él en otras partes del mundo estaban haciendo lo mismo...
Treinta años tuvieron que transcurrir para que dieras testimonio del aquel suceso, a todas luces excepcional. Mucho tiempo guardando silencio. ¿Cuál es tu lectura actual sobre lo ocurrido en aquel entonces? ¿Tenés alguna hipótesis?
Sí, un poquito más de 30 años, y las veces que lo conté a mi mamá, papá, y mis hermanos, no me creyeron. Honestamente, nunca supe si los tipos que vi con el profesor Genovese, tuvieron relación con el plato volante. Cuando lo intenté averiguar con el Profesor, sólo se sonrió y me dijo que era muy chico para entender. Lo que me queda claro hasta el día de hoy, es que desde la mitad de los años '70, existe un aparato redondo capaz de volar sin hacer ruido (bueno, muy poquito ruido), y si ese aparato no fue una prueba aeronáutica de los Estados Unidos o de Rusia o alguna potencia de aquel entonces, ese aparato no era de este Planeta.
En esas charlas improvisadas que mantenía con Uds. ¿mencionó qué fue de ese experimento subterráneo?
Bueno, alguna vez comentó que todavía había gente allí, siguiendo con algunos proyectos más, pero nunca decía el destino final de las naves que construyeron allí en ese lugar, ni de la maquinaria que usaban, ni el final de los proyectos con las ondas de radio y televisión. Muchas veces nos decía que llegado el tiempo adecuado (que nunca llegó) nos mostraría fotos, y películas del planeta Marte. También prometía que algún día nos podría dar algunas plantas del planeta Marte, ya que el tenía un jardín con ese tipo de plantas en su casa. Nunca lo hizo.
De seguro tu testimonio causará cierto asombro entre los lectores, porque no sólo tenemos a Narciso Genovese con su historia, de por sí ya fantástica, sino que se agrega tu propio relato de un increíble avistamiento.
Bueno... Nunca leí el libro del profesor Genovese. Hoy me gustaría hacerlo, tal vez lo encuentre uno de estos días. Con lo que respecta a lo que vimos mi novia y yo, no me queda ninguna duda de que algo redondo sin alas y sin ruido puede volar... Nunca puede saber si lo que vi volando tenía relación con los tipos extraños que vi con el profesor... en fin, hay cosas que no tienen respuesta, y tal vez esa historia sea una de esas...
Entrevista a Narciso Genovese
FUENTES PRINCIPALES:
Soy un creyente absoluto. Nos cuidan y nos salvan si nos lo merecemos, como LA VIRGEN al SANTO PADRE. Siempre estan: LA VIRGEN, EL ANGEL, DIOS.
ResponderEliminarSaludos.-
cuando dejaremos de ser niños limitados,cuando estaremos listos para aprender.
ResponderEliminar2011 años de occidente y secretos, esperar y orar ,algunos elegidos aprenden otros no lo merecemos,si párese que solo somos animales ,el espacio no es mas grande que donde mis ojos pueden ver pues alguien no quiere que aprenda a distinguir luz de sombras.
Encontre una discrepancia en la ubicacion de la escuela secundaria de Alan, ya que una cosa es Aguascalientes y otra muy diferente es Tijuana. Aguascalientes es un estado con capital del mismo nombre y Tijuana es una ciudad fronteriza de california con Baja California Norte. Solo por eso tengo la gran dudad de este Alan. Tambien, se me hace muy poco probable que estos marcianos no tengan las suficiente tecnologia como viajar a esa velocidades tan lentas, ya que segun en el proyecto serpo el tiempo de llegado a la estrella Sirio B fue de 8 meses, y como es posible que con todo y estas paradas de Tierra-Luna-Marte se tardaran un dia en llegar a Marte.
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