domingo, 14 de diciembre de 2008

La Corriente Dominante en la Ciencia y la Teoría del Antiguo Astronauta

Las críticas hacia la Teoría del Antiguo Astronauta son muchas veces nada más que subjetivas opiniones de académicos que hacen caso omiso de los principios fundacionales de la ciencia.

Por el Dr. Johanes Fiebag † y Peter Fiebag (Alemania)
www.sagenhaftezeiten.com/fiebag/


«Damas y caballeros, ustedes posiblemente no piensan que yo haya podido obtener una cátedra por las cosas que estoy ahora presentando aquí. Yo me encontraba en doce diferentes listas alemanas de solicitud. Mi petición era rechazada en todas partes debido a que temían que yo pudiera ser el hazmerreír de la investigación de la biología alemana. Por lo tanto, primero tenía que ganar mi reputación haciéndome un nombre en la Oceanografía, hasta que lograra una cátedra. Luego pude dedicarme a lo que yo siempre quise. Y eso, señoras y señores, es la verdad».

Esta cita de una conferencia de 1987 dada en un simposio internacional [1] por el Prof. Dr. R. Riedel, presidente del Instituto Zoológico de Viena, parece ser la terriblemente sintomática actitud actual en la ciencia moderna: a nadie se le permite ya decir lo que realmente piensa. Más específicamente, para alcanzar la cima de cualquier campo de la ciencia, a uno sólo se le permite impartir la sabiduría que está «pre-aceptada» o «permitida». Dogmáticos, fosilizados, auto-ratificados, auto-celebrados, los sistemas universitarios casi nunca permiten pensadores de vanguardia para los puestos de dirección. Ellos son vistos como disidentes. El resultado de esta actitud dominante en la educación es que esos recientemente entrenados «científicos» carecen por completo de un eje interdisciplinario. Un triste estado de cosas, en efecto.

En 1991, un terremoto periodístico retumbó por la comunidad científica internacional: «Descuido, Falsificación y Arrogancia» ponía el titular del reputado periódico alemán Frankfurter Allegemeine [2], cuando informó acerca de una serie de escándalos en la investigación científica. Por ejemplo, durante un experimento de biología en los Estados Unidos, una simple lapicera negra fue usada para pintar manchas en la piel de ratones blancos para falsear y «documentar» fotográficamente un exitoso trasplante de piel. Enredado en este penoso asunto, estaba el ganador del Premio Nobel, Presidente de la Universidad Rockefeller de Nueva York, y biólogo molecular Prof. David Baltimore y su protegida, la profesora de biología Tereza Imanishi-Kari. La última incluso publicó sus supuestos experimentos con ratones transgénicos y «los resultados» en la publicación científica Cell, en 1986.


UN REGUERO DE SORPRENDENTES INCONSISTENCIAS

Poco después, Margot O'Toole, una joven científica que trabajaba en el laboratorio de Imanishi-Kari, se encontró con un reguero de inconsistencias. ¡Ella se dio cuenta de que tal experimento crucial, supuestamente realizado por su superior, Imanishi-Kari, nunca tuvo lugar! Extrañamente, Frankfurter Allgemeine nunca publicó una retractación. ¿Su explicación? No importaba - el trabajo de investigación contenía sólo «errores menores». Pero los biólogos Walter Stewart y Ned Feder también encontraron mayúsculas contradicciones entre los supuestos datos obtenidos experimentalmente y su interpretación, y John Dingell, un miembro de la Cámara de Representantes americana, lo denunció.

Comenzaron otras investigaciones, se mantuvieron sesiones, y finalmente incluso la CIA se involucró, secuestrado mediciones falsificadas y notas del laboratorio. Sólo llegado a ese punto fue que David Baltimore decidió disculparse públicamente con Margot O'Toole después de destruir su carrera científica. Según Baltimore, la comprensión de que Tereza Imanishi-Kari había trabajado con datos falsificados era «impactante y entristecedora». A pesar de esto, Baltimore, que fue acusado de dar falso testimonio deliberadamente, conservó su puesto como Presidente de la Universidad Rockefeller. La Prof. Imanishi-Kari continuó enseñando en la Universidad Tufts. Según Frankfurter Allgemeine, ¡«un famoso colega» criticó la conducta de Margot O'Toole hacia su superior, declarando que la carrera y reputación de un investigador siempre tiene precedencia por encima de la exactitud científica (!) y siendo científicamente preciso!


LA BÚSQUEDA DE LA VERDAD

La mayoría de los investigadores internacionales guarda silencio sobre el tema de la integridad científica. Es tabú. Sólo unos pocos, como el conocido bioquímico Paul Doty [3] critica abiertamente estas condiciones señalándolas como alarmantes y de una divergencia monstruosa con los principios fundadores de la ciencia. Todo científico, dice Doty, tiene el deber y la obligación de buscar enérgicamente la verdad incondicional. Sin embargo, las comisiones de investigación están ocupadas por simpatizantes de Imanishi-Kari que, encima de todo lo demás, entregan informes cruciales demasiado tarde, dilatando deliberadamente las publicaciones por más de un año. El siguiente comentario en el Frankfurter Allgemeine [4] consigna correctamente que «estos incidentes han demostrado claramente que el desmoronamiento de la correcta investigación científica está muy avanzado. La investigación y el desarrollo se ha vuelto nada más que un negocio lucrativo para muchos en el que no es de acceso prohibido ser incluso científicamente criminal».

Una conclusión tan fría podría ser considerada un poco exagerada si no fuera por una serie de otros acontecimientos escandalosos: el asunto que rodea al supuesto descubridor del SIDA, Robert Gallo, o el descarado escándalo sobre «la fusión fría». También fue recientemente revelada la sorprendente malversación de millones de dólares del presupuesto federal americano reservado para la investigación científica que fue usado en cambio por profesores de las universidades de elite para sus propios viajes de vacaciones caribeñas, joyería, viajes de golf o caras visitas a la ópera y teatros. ¿Qué más podría sacar a la luz una investigación completa del destino final de los fondos de la investigación científica...?

Los representantes de la ciencia ortodoxa han acusado a menudo a la Teoría del Antiguo Astronauta —y a Erich von Däniken, en particular, como uno de sus defensores más populares— de estar plagada de falsificaciones, plagios, credulidad, falsa opinión, y de no reconocer la información establecida e identificable científicamente. Sin embargo, a la luz de las historias que gradualmente van surgiendo sobre las propias deficiencias de la llamada «legítima» comunidad científica, no sólo es necesaria una cuidadosa limpieza, sino que ésta requiere ser llevada a cabo a gran escala. Aquellos que están en la cima de la comunidad científica —los auto-engrandecidos, no cuestionados, irreflexivos, auto-beneficiados individuos que intentan remendar los grandes vacíos del conocimiento, que evitan las preguntas incómodas, que se dan unos a otros palmaditas en la espalda— deben ser destituidos hoy. AHORA. Si no, los principios fundacionales de objetividad e imparcialidad en la investigación están en serio riesgo de desaparecer para siempre. Las consecuencias de tal condición son imprevisibles, pero ciertamente sería un futuro nefasto para la ciencia.

Hasta donde estos acontecimientos se relacionan con la investigación del Antiguo Astronauta, echemos una atenta mirada al Prof. Herbert Wilhelmy. Algunas de sus publicaciones e imputaciones sirven como ejemplos para una obligada y rigurosa limpieza de la ciencia. Wilherlmy estudió geografía, geología, economía y etnología y, empezando en 1942, ocupó profesorados en Kiel, Stuttgart y Tübingen, Alemania. El tufillo rancio de «profesor» lo rodea, y su libro Welt und Umwelt der Maya (El Mundo y Medio Ambiente de los Maya) [5] está entre los trabajos clásicos de la investigación maya.

Pero si miramos el duodécimo capítulo de su libro más detenidamente (titulado «Las Influencias Extranjeras en la Civilización Maya - Especulación sobre los Primeros Navegantes y los Antiguos Astronautas»), Wilhelmy escribe: «...supuestamente, los dioses astronautas de Däniken habrían llegado del espacio a la Tierra en grandes naves espaciales hace más de 10.000 años» y que EvD hizo «una conexión entre dos lugares en su desembarco en la Tierra (...) sobre todo en la Península de Yucatán» (a saber, Palenque y La Venta). Esta frase sólo pone en evidencia el dudoso acercamiento de Wilhelmy al análisis crítico. Su libro, publicado en 1989, cita sólo Chariots of the Gods y Gods from Outer Space - publicados respectivamente en 1969 y 1970. Parece que los trabajos posteriores de von Däniken y otros autores se le han escapado completamente, sobre todo el libro exclusivamente dedicado a los mayas publicado por EvD en 1984: El día que llegaron los dioses (todavía no disponible en inglés) [6]. En ningún otro campo de investigación sería aceptable citar solamente trabajos de casi veinte años de antigüedad ignorando por completo al mismo tiempo las publicaciones subsecuentes. Nadie podría hoy ofrecer argumentos legítimos basados en el conocimiento de 1970 con relación a la tecnología del viaje espacial, biología (es decir, tecnología genética), informática o astronomía. Tal ejercicio sería fútil. ¿Pero esto está permitido en la investigación maya? ¿Cómo es?


LA AFIRMACIÓN DE ESTAR EXCLUSIVAMENTE EN LO CIERTO

Wilhelmy comete su segunda falacia al afirmar que su punto de vista es la única respuesta correcta. Él críticamente «echa por tierra» la descripción de von Däniken de un monolito (representado aquí) de La Venta (Villahermosa, México) sobre el que EvD escribe: «Allí se encuentra un monolito diestramente trabajado en el que está representada una serpiente o incluso un dragón (...) dentro de la criatura hay un ser sentado (...) sus pies están sobre pedales, su mano izquierda está sobre una palanca (...) Su cabeza está cubierta con un ajustado casco (...) justo delante de sus labios hay alguna clase de dispositivo que puede identificarse como un micrófono (...)» [7]

Wilhelmy comenta: «Desgraciadamente, las ilustraciones que vemos en el libro de von Däniken son de una calidad bastante pobre, tanto así que cuando se la compara con el monolito original de Villahermosa, uno reconoce que ésta no es la representación de un dragón sino la de una gigantesca serpiente que está custodiando un sepulcro o un sarcófago con una persona muerta y agachada en su interior». [5]

En efecto, algunos de los atributos —por ejemplo, los cascabeles en su cola— indican una serpiente gigantesca. ¿Pero cómo podemos descifrar inequívocamente la imagen de una «persona muerta»? ¿Quién lo dice? ¿Son también de «calidad bastante pobre» las ilustraciones que se encuentran en las publicaciones científicas, especialmente cuando otros arqueólogos reconocen a la bien conocida deidad Kukulkán en esta versión? Y para ellos, él no está «muerto», o dentro de un «cámara mortuoria». ¡Muy por el contrario! Él está muy vivo, pareciendo sostener una vasija de incienso. [8]

A pesar de las debilidades obvias de estos argumentos, los periódicos se apresuraron a divulgar esta llamada «refutación». Por ejemplo, Hans Schönfeld escribió en el Berliner Zeitung, refiriéndose a EvD: «...el autor de ciencia-ficción puede ser refutado fácilmente. Él sostiene que viajeros espaciales extraterrestres visitaron la Tierra hace más de 10.000 años. ¡Pero el monolito del dragón que él describe en La Venta sólo tiene entre 2.000 y 3.000 años de antigüedad!» [9] La Carta al Editor de EvD («¿Dónde feché yo el monolito de La Venta en 10.000 años?») [10] nunca fue publicada por el periódico. Al parecer, la corrección de un error no debe de ser un procedimiento usual...

Le serviría mucho a Wilhelmy y a otros críticos considerar en sus ataques futuros la explicación del famoso investigador de la cultura Maya, Prof. Dr. Jeremy A. Sabloff [11]: «Los arqueólogos de hoy de repente piensan que las creencias previamente acorazadas de objetividad puramente científica se han vuelto insostenibles cuando se está investigando el pasado. Ellos han comprendido que la investigación arqueológica está ahora indudablemente influenciada por opiniones absolutamente teóricas y subjetivas de aquellos que la llevan a cabo. Esto no es sino una abominación de la verdadera ciencia. Tal conducta debe detenerse cueste lo que cueste».

Esto se aplica a otro ejemplo que Wilhelmy revela a sus lectores: Palenque. La magnífica losa del sarcófago de Palenque se ha mencionado muchas veces; también se la ha interpretado de muchas maneras. Pero Wilhelmy ofrece su propia interpretación, que él afirma es indubitable: es el dios del maíz, Yum Kax. Cualquier otra explicación, según Wilhelmy, es pura tontería.

Según Wilhelmy, EvD está manipulando a sus lectores sugestivamente, puesto que él «ve la tapa del sarcófago del lado equivocado, a saber del lado largo (...) Sin embargo, la posición de la tapa en la estrecha cámara de la tumba y la composición total del relieve no deja ninguna duda de que el lado corto era el lado para verlo. ¡Sólo desde tal perspectiva la hechura del relieve tiene sentido!». [5] Si él no estuviera tratando el asunto tan en serio, uno se reiría a carcajadas. ¡Incluso Wilhelmy debería haber notado que el ángulo de visión que él propone hace la interpretación todavía mucho más parecida a la de un astronauta despegando hacia el espacio! Pregunta: ¿Quién está manipulando a quién aquí?


MANIPULACIÓN

He aquí otro ejemplo de cómo un reconocido «científico» criticará a otros, mientras permanece completamente inflexible en sus propias opiniones. Wilhelmy: «En lo que respecta al inadecuado conocimiento (de EvD) de la literatura de investigación me permito citar simplemente un ejemplo. Él habla del Sagrado Cenote de Chichén Itzá, y un segundo cenote no muy lejos, del que los habitantes del centro ceremonial sacaban su agua potable». EvD: «Estos (los cenotes) se parecen de manera asombrosa (...) incluso el nivel de agua parece ser igual (...). Sin duda, esos dos pozos son de la misma edad, y posiblemente ambos deben su existencia al antiguo impacto de meteoritos. El misterioso velo, que se extiende por encima de una circunstancia absolutamente explicable y que se ha explicado hace mucho tiempo, es una invención de la imaginación desenfrenada de Däniken. Los cenotes no son los cráteres de impacto de meteorito, sino que se formaron cuando los techos de las cavernas de caliza se derrumbaron, los cuales se extienden ampliamente por el norte de Yucatán (...) La creación de los cenotes ha sido explicada desde 1910; todos los importantes trabajos clásicos sobre la civilización Maya (...) dan cuenta de éstos y ha sido científicamente, inequívocamente, y rotundamente resuelto». [5]

Desafortunadamente para Wilhelmy, el único hecho realmente resuelto es que hasta los científicos reputados pueden estar a todas luces equivocados - sobre todo esos que gritan muy fuerte que sus rigurosas e inflexibles creencias son correctas. El argumento «dementi-cenote» de Wilhelmy ilustra este hecho perfectamente. ¿A qué nos referimos aquí?

Hace aproximadamente 66 millones de años, al final del Cretáceo de la Era Secundaria, los dinosaurios, junto con tres cuartos de la fauna, se extinguieron. Esta extinción ocurrió casi de la noche a la mañana. La mayoría de los geólogos que han llevado a cabo la investigación de este cataclismo supone que el impacto de un enorme meteorito dañó el medio ambiente por miles de años (partículas de hollín en el aire, importante descenso de la temperatura, roca evaporada que fue causa de lluvia ácida, etc.) ocasionando tal sorprendente extinción. Pero durante mucho tiempo, la teoría no pudo demostrarse sin el descubrimiento de un posible sitio de impacto de un meteorito de ese tamaño.

Sin embargo, desde comienzos de 1990, esta situación ha cambiado radicalmente. ¿Dónde se encontraba el cráter de impacto? ¡En Yucatán! Antes de eso, los geólogos habían descubierto capas sumamente espesas de escombros y piedra fundida en las capas sedimentarias del período Cretáceo/Terciario en el área caribeña. Esto permitió deducir que el cráter correspondiente no podía estar muy lejos, quizás en el fondo del mar, o al sur de Cuba. En aquel entonces, en 1987, fotografías satelitales de la NASA causaron sensación; en un esfuerzo por reconstruir el sistema de suministro de agua de los mayas con la ayuda de estas fotografías, los geólogos se encontraron con un semicírculo de cenotes que mide aprox. 200 km (124 millas) de diámetro [12]. Hoy, los geólogos están bastante seguros de que este anillo (que también incluye los cenotes de Chichén Itzá) forma el borde del complejo de impacto del meteoro gigantesco. En las capas de piedra de abajo que estaban aplastadas por el impacto, el agua podía ahora circular mejor, ocasionando la disolución de la caliza en la parte superior después del impacto, ¡y esto creó los cenotes! El Cráter de Chikxulub (así llamado por un pueblo pequeño cerca de Mérida en el centro del complejo del impacto) se considera ahora que es el «Primer Candidato» en la búsqueda del responsable en provocar la extinción de los dinosaurios.

¡Por consiguiente, contrariamente a lo que Wilhelmy intentó sugerir, EvD (cuyas palabras textuales fueron: «...y posiblemente los dos deben su existencia al antiguo impacto de meteoritos» y NO que estos eran cráteres de meteorito) estaba realmente muy acertado! Concediendo incluso que un «erudito infalible» como Wilhelmy no podría saber lo que resultarían ser los cenotes. Pero este ejemplo demuestra cómo el aferrarse rápido como un rayo a algo «cierto» y «establecido» puede resultar ser un error. Ésta debería ser una lección de que hasta las ideas «especulativas» —de los científicos y los no científicos por igual— pueden resultar estar más próximas a la verdad que lo que anteriormente se creía.

Una cosa está clara: se cometen y se han cometido errores, en ambos campos. La primera regla debe ser corregir los errores; no taparlos. La variedad de instrumentos y hechos comprobados a disposición de la ciencia es inmensa y también debería usarse para la investigación de la Teoría del Antiguo Astronauta - ¡y viceversa! La vigilante prudencia debe ejercerse donde sea que una hipótesis o teoría es declarada como «evidencia irrefutable» por profesores universitarios, sobre todo cuando es evidente que ha tenido lugar una manipulación. Por consiguiente, una limpieza de la ciencia siempre será necesaria, ahora y en el futuro.


Referencias:

[1] Schidt. F. (Hrsg.): Neodarwinistische oder kybernetische Evolution? – Bericht über ein internationals Symposium vom 15. bis 17. Juli 1987 in Heidelberg. S. 67. universitätsdruckerei Heidelberg 1988.
[2] Schlamperei. Betrug und Arroganz. Frankfurter Allgemeine Zeitung, 5. juni 1991. s. N1.
[3] Doty. P., in: Nature. 352. 183. 1991.
[4] Wissenschaftshygiene. Frankfurter Allegemeine Zeitung. 12, Juni 1991. S. N1
[5] Wilhelmy. H.: Welt und Umwelt der Maya. München, 1989.
[6] Däniken, E.v.: Der Tag an dem die Götter kamen. München, 1984.
[7] Däniken, E.v.: Zurück zu den Sternen. Düsseldorf-Wien, 1969
[8] Mdl. Mitt, Prof. Dr. Gordon Whittaker. Inst. F. Völkerkunde. Univerisität Göttingen.
[9] Schönfeld, H.: Wie der Maisgott in das Raumschiff kam. Berliner Zeitung. 13. Dezember 1989.
[10] Däniken, E.v.: Unveröff Leserbrief an die BZ vom 22. Dezember 1989.
[11] Sabloff, J.A.: Die Maya. Heidelberg 1991.
[12] NASA-News. Nr. 71 vom 9. Mai 1991.


LOS AUTORES:

Johannes Fiebag, fallecido en 1999, estudió geología, paleontología, física y geofísica en la Universidad de Wurzburg (Alemania). Escribió numerosos artículos científicos y también varios libros sobre la Hipótesis de las Paleovisitas Extraterrestres.

Peter Fiebag estudió filología, economía y ciencias de la comunicación en la Universidad de Guttingen (Alemania). Ha publicado gran número de artículos y varios libros en el campo de los Antiguos Astronautas.


Fuente original de este artículo en español:
www.antiguosastronautas.com/articulos/Fiebag04.html

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